Con la arrogancia de la juventud me decidí nada menos que a transformar el mundo con Belleza. Si lo he logrado de algún modo, si solamente en un pequeño rincón del mundo, entre los hombres y mujeres que amo, entonces puedo considerarme bendecido, y bendecido y bendecido, y la obra continúa.
William Morris
El Colectivo Editorial Nihil Obstat nace el año 2010 como un intento de integrar aprendizaje, disfrute y laburo en la experiencia cotidiana de una casa comunal a los pies del bosque de La Campana en Olmué.
Nuestra primera publicación fue una traducción de Earth Inferno (1905), primer libro ilustrado por Austin Osman Spare, en una edición facsimilar de 265 copias numeradas.
Nuestra segunda publicación, durante ese mismo año, fue una traducción de Millennium (1996), una colección de ensayos de Hakim Bey sobre el potencial revolucionario de la religión y las luchas nacionales.
El año 2015, trasladamos nuestros talleres a Viña del Mar, y el Colectivo Editorial, pasó a formar parte de la ONG Ministerio de las Flores, por la defensa y promoción de la diversidad.
El año 2017 decidimos descontinuar nuestro catálogo con más de 20 títulos publicados hasta entonces, y con cientos y miles de ejemplares distribuidos e impresos a demanda, para reeditar solo una pequeña selección del antiguo catálogo en tirajes limitados, y concentrarnos en poner en circulación textos inéditos sobre experiencias y luchas por la autonomía en Abya Yala. Potenciamos también la colaboración con artistas y colectivos gráficos, embelleciendo nuestros libros.
En 2018 nuestras oficinas se vuelven a mudar a las montañas, esta vez de la Cordillera de los Andes y de la Costa.
Actualización 15 de agosto de 2023 e.C.
Hace un buen rato que el Colectivo Editorial Nihil Obstat se disolvió. Y hace otro tanto que el (s)Editor Siniestro bajó de las montañas e instaló su taller en el valle del Marga Marga, nuevamente en una casa comunal. Si bien Editorial Nihil Obstat ya no es un colectivo editorial, tampoco se trata de un quehacer solitario. La colaboración es la única manera en que podemos seguir viviendo y soñando, y hacerle frente a la precarización de la vida en nuestros territorios condenados a zonas de sacrificio; y únicamente colaborando nutrimos y enriquecemos también nuestro buen vivir.
Porque los oasis que la vida dispensa son aniquilados cuando buscamos refugio en ellos.
